Después de Dondurmam gaymak, Yüksel Aksu regresa con otra película en tono de comedia familiar. Presentada como "comedia orgánica", con canción de Tarkan durante los títulos finales, y con el VCD a la venta en jugueterías luego de ser la película más popular de la temporada, la película resulta divertida y buena si no se le pretende adjudicar un papel moralizador (que sólo tiene a un nivel bastante básico y a flor de tierra).
Un grupo de alemanes hippies llega a una aldea y compra las propiedades de la villa abandonada cercana, para montar una suerte de granja orgánica. El pueblo no cambia mucho con su llegada, pero justo el gobierno anuncia la llegada de una planta eléctrica a la zona, y los ecologistas -ahora legítimos propietarios de parte del pueblo- se oponen e intentan convencer al pueblo de que ello significaría la ruina de sus vidas. La película cuenta con un breve papel de la presidenta del Partido Verde alemán (!!!) y la resolución del conflicto no vendrá del lado de la resistencia armada ni de los sobornos, pero tampoco del hippismo a lo "contigo pan y cebolla"... el marketing mueve al mundo, y quizás la economía más rudimentaria bien vendida pueda convertirse en materia sustentable...
Le damos: 6 Jorgitos
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