martes, mayo 22, 2012

Sonbahar

El 1er largo de Özcan Alper logró cosechar algunas preseas en festivales de no mucho renombre, a excepción de Locarno, y de ganar como local los dos premios principales del festival de Ankara. El protagonista, Yusuf, vuelve a su pueblo natal luego de estar diez años encarcelado por razones políticas. Los vecinos de la aldea parecen más preocupados por las cuestiones cotidianas de su vida en la cárcel que por lo justo o injusto que haya sido su encarcelamiento. El volver y ver que ha perdido los diez mejores años de la vida, luego de partir lleno de ímpetu a la universidad en Estambul con voluntad de cambiar el mundo, lo sume en una melancolía inactiva a la que se suma su estado de salud, cada vez más frágil.
En el medio, pasará cerca la chance de un amor, pero quizás él sienta que ya es tarde. La frustración, el destino, y la realidad que a veces no se puede cambiar ni dándolo todo, componen este poema otoñal de vistas de la costa montañosa del Mar Negro, en el extremo noreste de Turquía.
6 Jorgitos

lunes, mayo 21, 2012

Issız adam


Y luego de la entrada anterior nos acordamos que habíamos visto otras más de Çagan Irmak que aún no estaban en el blog. Issız adam es una película extraña. En realidad no lo parece, puesto que el argumento es bastante lineal... lo que ocurre es que se nota muy clarito que todo el metraje es una excusa para sostener el único momento genial, el del final: Çagan Irmak tuvo una idea grandiosa acerca de lo que se esconde detrás del "¿Cómo andás?" "Bien, ¿y vos?" "Bien", cuando no se puede dejar que el corazón hable y diga toda la verdad. Decidió agregarle a los dos minutos que dura la idea, una película entera atrás. Y como nos hizo llorar como él solito sabe hacer cada tanto, le perdonamos la primera parte, que no es mala (porque muestra bien la miseria de las decisiones equivocadas que se toman cuando no se defienden los sentimientos que claman desde adentro), pero tampoco maravilla.
Si el tiempo no se puede volver atrás, que no se note, porque a veces sería mejor morir que aceptarlo.
7,50 Jorgitos desolados con el corazón desgarrado

Prensesin Uykusu


Çagan Irmak, el director de Babam ve Oğlum, Karanliktakiler, y otras tantas, vuelve con una historia en la que definitivamente subestima al público con su tono de fairytale. Puede ser que  Irmak nunca vuelva a repetir un Babam..., y no es raro, porque Babam ve Oglum es demasiado buena. Irmak es ese jugador que hizo un gol impresionante e imposible pero que no es Maradona. En esta película queda más que claro. 
Repitiendo mucho del personaje de su película anterior (Karanliktakiler), un gordito loser y casi fronterizo, que en este caso trata de ayudar a una nena que está en coma. 
Una participación del grupo Redd completamente forzada le aporta un hit a la banda de sonido (la chica, de unos 10 años, inexplicablemente es fan de una banda cuyo target está por lo menos seis años más arriba, y el protagonista los contacta para que la visiten y le canten durante su coma).
La imaginación del protagonista materializada a cada rato con efectos especiales innecesarios nos dan vergüencita ajena por momentos, pero así y todo la película no se hace pesada y tiene momentos emotivos lindos. No podemos recomendarla pero tampoco mandarles a cambiar el canal si justo la están pasando (???)
5 jorgitos.

Kolpaçino bomba

Segunda parte de la saga de este personaje, ahora con una bomba entre manos, rozando lo insufrible. Şafak Sezer es un gran actor cómico, nos hizo desternillar como parte de los Maskeli BeŞler, o en las versiones contemporáneas de Hababam Sinifi, pero en Kolpaçino todo está bajo su control, y no podemos dejarle pasar un humor tan básico.
En este caso no hay spoilers porque ni siquiera aguantamos hasta el final de la película por ahora. Es posible que un buen final la haga repuntar, como ocurre con "Recep Ivedik", la película más taquillera de la historia de Turquía luego de su estreno, y que resulta en más aspectos impresentable que buena.

Entelköy Efeköy’e Karşı

Después de Dondurmam gaymak, Yüksel Aksu regresa con otra película en tono de comedia familiar. Presentada como "comedia orgánica", con canción de Tarkan durante los títulos finales, y con el VCD a la venta en jugueterías luego de ser la película más popular de la temporada, la película resulta divertida y buena si no se le pretende adjudicar un papel moralizador (que sólo tiene a un nivel bastante básico y a flor de tierra).
Un grupo de alemanes hippies llega a una aldea y compra las propiedades de la villa abandonada cercana, para montar una suerte de granja orgánica. El pueblo no cambia mucho con su llegada, pero justo el gobierno anuncia la llegada de una planta eléctrica a la zona, y los ecologistas -ahora legítimos propietarios de parte del pueblo- se oponen e intentan convencer al pueblo de que ello significaría la ruina de sus vidas. La película cuenta con un breve papel de la presidenta del Partido Verde alemán (!!!) y la resolución del conflicto no vendrá del lado de la resistencia armada ni de los sobornos, pero tampoco del hippismo a lo "contigo pan y cebolla"... el marketing mueve al mundo, y quizás la economía más rudimentaria bien vendida pueda convertirse en materia sustentable...
Le damos: 6 Jorgitos

Bir zamanlar Anadolu'da

La más reciente película de Nuri Bilge Ceylan (ganadora del Gran Premio del jurado en Cannes 2011) supone un movimiento hacia algo levemente nuevo y distinto pero siempre dentro de los márgenes estéticos que el director traza como su marca registrada. 
Como en todas sus películas, hay un juego constante con el tedio del tiempo real que ofrece a la vez el dramatismo de la pasividad. La dinámica de lo inmóvil. También por supuesto hay un manejo magistral de la fotografía y el sonido (¡esta película no tiene música!) a los que ya nos tiene acostumbrados el norchipriota  (todo transcurre entre mil distintos tonos de sombras, pero de repente irrumpe una chica hermosa con una lámpara en las manos y nos quedamos más boquiabiertos todavía). En particular esta película es la que más se parece a alguna otra suya, en este caso a Üç Maymun, por algunos elementos en común, y por el final, aunque aquí éste es mucho menos explosivo que en la anterior.
Las dos horas y media pasan volando aunque no pase nada. La desolada Anatolia se repite y se repite, y mientras los personajes hablan entendemos que ellos también lo hacen. La vida es un camino de una sola vía en la que los cambios profundos son más que improbables, y por eso, por esa fuerza que se impone a todo (como la gravedad y la corriente del arroyo que hacen terminar a todas las manzanas que caen de un árbol en el mismo sitio), es que la desesperanza vence a las voluntades individuales y las fuerza a elegir una opción: la mentira, en forma de omisión o en versión flagrante. Todo sea porque el camino imposible de ser evitado no se vea encima más complicado de lo que podría ser.
Yilmaz Erdoğan (un ídolo de este blog a esta altura ya) hace de policía bastante bien. Extrañamos un cameo a los padres del director. Los padres de Nuri Bilge Ceylan son la bombona naranja de Javier Fesser, y está mal que ambos hayan dejado de usarlos, muy mal.
Jorgitos: 7