El último BAFICI presentó una única película turca, precisamente ésta. Debut de Seren Yüce como director.
Sin abusar de clichés del cine independiente, con una fotografía excelente, un ritmo tensionante único y con un elenco con un par de figuras importantísimas (Settar Tanriogen de Takva y Die Fremde, o Erkan Can, que siempre decimos que es de madera pero acá casi no sobreactúa y está muy bien), el protagonismo recae en un actor joven y en ascenso (Bartu Küçükçaglayan, en lo que creo que es su primer principal) que no defrauda para nada.
La película fue vendida acá como una historia de amor entre un turco y una kurda, que encuentra oposición en la familia turca. En realidad, la historia va mucho más allá.
Para los que no están muy en tema acerca del conflicto turco-kurdo, hay mil referencias que se pierden y que cargan tensión en muchos diálogos colaterales (p.ej. hablan de “hacer el servicio militar en las montañas”, lo que consiste mayormente en hacer razzias en aldeas kurdas, o se refieren a unas chicas como “gitanas comunistas”, ya que el partido insurgente kurdo que lleva a cabo acciones terroristas en Turquía es el PKK, Partido Comunista del Kurdistán).
Pero el tema principal, el del título de la película, es mucho más rico y tremendo todavía: ¿Qué caminos le quedan a alguien que supuestamente lo tiene todo y es completamente libre como el protagonista, para elegir realmente su propio destino?
Mertkan es un gordito vago que odia levantarse temprano, hijo de un gordo pelado bruto facho e intolerante dueño de una constructora y por ende de clase media-alta. Mertkan odia a su padre y a su entorno que lo intenta disuadir de hacer la facultad para alistarse en el ejército, para poder “servir a la nación turca con un arma allá donde se la necesita”. Él prefiere huirle a abandonar la adolescencia paseando en 4x4 con sus amigos, también hijos de la abundancia. Cuando se enamora de esta mesera kurda que vive en un barrio pobre, su padre autoritario se opone y la madre le sugiere hacerle caso “para que no me traigas un problema con tu padre”.
Mertkan empieza a entender que no sabe valerse por sí mismo, que no sabe casi nada de la vida, y que quizás el mejor camino que le quede sea empezar a probar qué tal se siente convertirse en una copia de su padre, un hombre exitoso sin ninguna duda.
8,5 Jorgitos, un exponente completo e imperdible para el nuevo cine turco.
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